jueves, 14 de octubre de 2010

Los Cardenales de Lara es un equipo de béisbol perteneciente a la Liga Venezolana de Béisbol Profesional en Venezuela, tiene como sede el Estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, el color distintivo de la divisa es el rojo, por el cual la afición se ha ganado apodos como el «mar rojo», entre otros. Este equipo es también uno de los de mayor tradición en su país, y tiene una de las fanaticadas más exigentes de la LVBP, y el más antiguo actualmente después de los Navegantes del Magallanes.[cita requerida]
Hoy por hoy los Cardenales de Lara son un emblema para todo el estado Lara.

Historia

El equipo fue fundado en 1942 por Amábilis Mendoza y Medardo Oviedo en la ciudad de Carora. Los altos costos para mantener el equipo los hacen buscar la ayuda económica de Antonio Herrera Gutiérrez. En 1944 Antonio Herrera Gutiérrez se queda definitivamente con el equipo. En su etapa amateur sus contrincantes en Carora fueron Buenos Aires, Torrellas BBC, Choferes y Liceo; luego en Lara sus contrincantes fueron Tocuyo, Japón y América. En 1962 debutan en la Liga Occidental, la cual termina de existir un año después, ante el trabuco que formó Cardenales, el cual era muy superior para los equipos existentes en el momento. Ya en 1964, Cardenales de Lara pasa a formar parte de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, conjuntamente con los Tigres de Aragua que fue el otro equipo de expansión. Cuando muere trágicamente Don Antonio Herrera en un accidente aéreo, funge como Presidente el doctor Ramón Zubillaga y se designa como gerente administrador del equipo a Emilio Ramón Castillo mejor conocido como Don Emilio, quien por varios años llevaría las riendas del equipo supliendo ese gran vacío. Hasta el presente, los Cardenales de Lara han venido jugando en el Estadio Barquisimeto (Actualmente Estadio Antonio Herrera Gutiérrez) de esa ciudad, si bien al principio jugaban en el estadio "Daniel 'Chino' Canónico".

[editar] Comienzo

El advenimiento del béisbol a Carora se produce aproximadamente en 1919, de la mano del doctor Ramón Pompilio Oropeza, y en poco tiempo surgieron los dos primeros equipos, Rojos y Azules, que según la historia jugaban detrás del cementerio, en la “playa” de Don Juancho. Los terrenos donde jugaban los pioneros jugadores caroreños se les llamaba “playas”, quizás por sus grandes longitudes. Oropeza llevó los implementos para jugar, y se convirtió en el “Fundador” de la mayoría de los equipos torrenses.
Rubén Mijares, en su libro Sesenta Años del Cardenales (2002) señala que “La era del romanticismo en el béisbol caroreño, convirtió a los peloteros en artesanos beisboleros, cada uno interesado en fabricar el mejor bate o guante de la ciudad. Los guantes eran de lona y los bates de caujaro o guayabo”.
Entre 1927 y 1932, el equipo más poderoso fue el popular “Diablos de Carora”, de quien Antonio “Toñón” Herrera Gutiérrez fuera el presidente, electo por los propios jugadores. Los clubes de la época eran San Félix, Bariquigua, Piratas, Bolivia, Interrogación, Bomboná, La Victoria, Brisas de Maracaibo, El Sandino, mientras más tarde se les unirían Artes Gráficas, Juvenil Yankee, y el Venezuela.
Amabilis Mendoza y Medardo Oviedo fundan “Cardenales” en 1942, específicamente un 5 de noviembre, a partir de un pobre Brisas de Maracaibo, equipo que al parecer era el máximo perdedor entre los que jugaban en la tierra del Morere. Brisas de Maracaibo jugaba cerca del barrio Santo Domingo. El nombre de Cardenales le fue puesto gracias a los Cardenales de San Luis en el béisbol de Grandes Ligas. Las deudas del Cardenales crecían cada día, y era insostenible para sus fundadores, quienes en 1944, “tiran la toalla” y entregándole el mando del equipo a Herrera Gutiérrez, quien a la postre se quedaría con el equipo.
Cardenales gana su primer gran torneo en 1945 con un trabuco dirigido por Baltasar Mujica Franco, mejor conocido como Baltasar Franco. Las primeras figuras que jugaron bajo sus órdenes eran Ramón Ángel “Cairón” Rodríguez, Antonio “El Chirricoda” Meléndez, como pitchers, además de Nacho Rosas, Germán Mosquera, Rafael “Lito” Arenas, Isidoro “Lolo” Franco, Jonás Álvarez, Adolfo Martínez, Félix “El Tuteque” Chávez, entre otros.
Con este “Trabuco Cardenal” ganó el campeonato ante Buenos Aires, Torrellas y Los Choferes, en un certamen donde participaron los mejores peloteros de Carora, entre ellos el hoy presidente de Cardenales, Adolfo Álvarez Perera, para entonces centerfield del Torrellas.
Durante la temporada de 1953, el Hall de la Fama, Luis Aparicio, vistió la camiseta del Cardenales de Carora, luego de defender el shortstop en la Serie Mundial Amateur de ese año. Luego en la temporada 1972-1973, Aparicio sería manager del equipo, pero en tierra barquisimetana.
Para 1962, Toñón Herrera se arriesgó y con un conjunto muy competidor, llevó al Cardenales al profesional en la liga Occidental, ante la dificultad de entrar a la liga grande, donde destacaban Magallanes y Caracas.

Era profesional

Para conformar un gran equipo, lo principal era el manager, y quien mejor que Earl Weaver, el mismo que llevaría a los Orioles de Baltimore a conquistar 4 campeonatos de Liga Americana y 2 Series Mundiales, y que hoy tiene su nicho en el Salón de la Fama de Cooperstown.
La gran importación era comandada por George Stepanovich, Hill Kunkel, y el cubano-venezolano Aurelio Monteagudo como parte de la rotación. El poder era representado por el catcher John Griffin, el camarero Mickey McGwire, y los jardineros Roy Youngdal, Barry Shetrone unidos a los criollos Gilberto Valbuena, Cecilio Prieto, Celestino Cepeda, y Dario Rubestein.
Los mejores equipos del torneo eran Pastora (que quedó eliminado), Cardenales (que sería el subcampeón con record de 9 y 7), y el campeón Rapiños. La siguiente temporada el Cardenales estuvo bajo la tutela del cubano Rodolfo Fernández.
Los jugadores extranjeros eran los cubanos Jacinto Hernández, Luis Tiant, y Aurelio Monteagudo, mientras que de Estados Unidos, vinieron Ken Sanders y Steve Bailey.
Cardenales estuvo escapado durante el campeonato y con record de 14-3, fue a la final con Cabimas y los barrió, algo que decretó el fin del béisbol profesional en el Zulia, ya que anteriormente, Rapiños y Pastora abandonaron el certamen ante la superioridad notoria del Cardenales en el torneo.
El deseo del Herrera Gutiérrez se cumpliría para la temporada 65-66, ya que se produjo la primera expansión en la liga, permitiendo al Cardenales y a los Tigres de Aragua entrar como nuevos equipos en la contienda por el título.

[editar] Era de títulos

[editar] 1990-1991

25 temporadas necesitó Cardenales para alcanzar el título de campeón de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Como si fuera la continuación de la final anterior, Domingo Carrasquel mantuvo a su equipo motivado, que en esencia era el mismo del 90, y contó con actuaciones individuales importantes. Cuatro abridores ganaron al menos seis juegos y Mike Timlin fue el mejor en salvados con 12. Luis Sojo repitió como campeón bate, siendo el primer criollo desde que lo hizo Víctor Davalillo en las temporadas 62-63 y 63-64, y se combinó con Alexis Infante para lograr un one-two terrible.
En la semifinal Cardenales terminó en primer lugar igualado con los Leones. Se repetía la historia, pero esta vez Cardenales era el favorito. En seis juegos, una gigantesca trifulca y con la inspiración de Alexis Infante, Cardenales ganaba su primer campeonato. Era el premio al esfuerzo de Luis Leal, Luis Aponte, José Escobar y Tobías Hernández, jugadores que habían sufrido las constantes derrotas ante los Leones. Además, fue el mejor premio para una fanaticada que soportó mil desilusiones hasta que por fin cantaron: "Somos Campeones".

[editar] 1997-1998

Cardenales estaba listo para satisfacer a la afición y el manager Malavé junto a los jugadores criollos enfrentaron el reto y lograron 43 victorias, récord de la Liga en la segunda expansión. El pitcheo nativo sumó 38 triunfos, lo que constituye una marca, Beiker Graterol fue el "Pitcher del Año", Juan Rincón "Novato del Año", Steve Sinclair impuso un récord de 15 salvados para un lanzador zurdo y Giovanni Carrara fue líder en efectividad y ponches propinados. En la ofensiva se destacaron Miguel Cairo con 15 estafadas y las 37 empujadas de Robert Pérez. También fueron vitales las adquisiciones de Raúl Marcano y Alex Delgado, quienes se combinaron para 46 remolcadas. En la segunda parte del torneo, Cardenales se armó con Mark Whiten, Tim Crabtree, Scott Pose, Brian Hunter y el pitcher Roy Halladay.
En la final se vieron las caras Cardenales y Leones por quinta vez. El primer juego fue una idea de lo cerrado de la serie. Victoria del Caracas en extrainning, pero Cardenales se levantó con pitcheo Halladay en el segundo. Con la serie igualada a tres, jonrón de Robert Pérez pitcheo de Edwin Hurtado y Kelvim Escobar, le dieron al Cardenales el placer de lograr el campeonato, derrotando a los Leones en su casa, cosa que ocurría por primera vez en un juego decisivo en la historia de los Leones.

[editar] 1998-1999

Conseguir un segundo título corrido fue la meta del Cardenales en la presente campaña y aunque las cosas no comenzaron bien, pues sólo se ganaron 2 de los primeros 11, el equipo terminó de primero en su División. Esto se debió a los cambios que hizo la gerencia en la importación, la cual al principio, no aportó nada a excepción de Mike Romano. En el mes de noviembre y con la clasificación complicada, Cardenales recibió a Jacob Brumfield, Robert Person y Jimmy Mann, además se incorporaron Miguel Cairo, Giovanni Carrara y Luis Sojo.
Mike Romano fue elegido "Pitcher del Año", Robert Pérez nuevamente empujó cuarenta y Giovanni Carrara se estrenó como cerrador, logrando 10 rescates en forma consecutiva. En la semifinal, Cardenales era otro elenco con Mark Whiten, Wes Chamberlain y Tom Evans. Edwin Hurtado ganó 4 en esta instancia y Carrara salvó la misma cantidad, dándole el primer lugar al equipo.
En la final, pitcheo grande de Romano y bateo de Chamberlain derrotaron a los Leones por segundo año seguido. Romano tiró dos juegos completos por primera vez en una final, desde Jim Niedlinger en 1990.

[editar] 2000-2001

Ante la ausencia de Omar Malavé, la directiva del Cardenales decidió traer a un viejo conocido. Nick Leyva llegaba con la intención de cobrar revancha por el título perdido en 1996. El club comenzó con caras nuevas y novatos como Raymond Cabrera, Luis Maza, Alexis Guzmán y Martín Malpica entre otros, se dieron a conocer. Edwin Hurtado copó la escena al ganar 11 encuentros, tirar un no hit no run ante Águilas, e imponer un record de 14 victorias seguidas por un lanzador criollo. La ofensiva fue comandada por Luis Sojo, quien bateó.366 con 31 empujadas y por Luis Raven, un jugador que llegó del Pastora a cambio de Marcos Sandoval y Beiker Graterol, terminando con 9 jonrones y 40 empujadas. Miguel Cairo reapareció y bateó para.308, lo mismo que Kelvim Escobar. También fue el año de la consolidación de Cesar Iztúris. En la semifinal, el bate de Roberto Zambrano se unió al elenco, siendo clave con sus 3 jonrones y 9 empujadas. Iztúris fue el motor con average de.409 y junto a Ryan Freel, iniciaron todas las ofensivas larenses. En la serie final, Leyva tuvo el gusto de desquitarse del Magallanes y venció en 6 juegos. Miguel Cairo fue el MVP de la final. El último juego lo ganó Edwin Hurtado, respaldado por relevo de Kelvim Escobar y un Roberto Zambrano (quien venía como refuerzo desde los Tigres de Aragua) crecido a la ofensiva y defensiva.